1.17.2006

El viejo Mostachon


Lunes, 9.30 hrs. día normal, como todo lo que es mio. Como mi escuela, lugar al que me drigía justo ese día, justo a esa hora en la que me encontre con aquél anciano de aspecto rabioso y gruñon. Como no tengo mucho viviendo en ese vecindario olvide cual era la linea de autobuses que había de llevarme a mi destino. Opte por preguntarle a aquel señor de aspecto gruñon, bien rasurado, de bastón de palo, cachucha sucia y lentes oscuros.
.-Buenos días señor ¿Sabe ud. que camión me lleva a la normal?
.-Creo que la 637 - respondió rapidamente y acto aseguido comenzó a explicarme toda la ruta, calle por calle. Yo lo escuche detenidamente pero con cara de enfado, debo reconocer y me dije a mi mismo "Mmm, y yo pense que estaba muerto" aquel viejo hablaba y hablaba sin parar. Hasta que me platicó que el tomaría el mismo camión que yo, pense que sería un viaje largo y que hjabría que ir haciendose a la idea. Pero cuando me volvi a su rostro de nuevo, pude ver a travez del oscuro cristal unos ojos cristalinos y tiernos, maltratados y rodeados de arrugas. Y continuo diciendome que iría a la secretaría de transito a comprar algunos transvales, me sentí por completo identificado con él porque yo por mi parte iría también a comprar algunos a mi escuela. Y comenzó contandome que era muy dificil para un señor como él, con sus 78 encima, poder conseguir un trabajo, además no era nada sencillo desde que vivía completamente solo. No quise preguntar porque y decidí preguntar:
.-¿Entonces como hace para ayudarse? - El giro la cabeza hacia el camion que se avecinaba y me pregunnto discretamente si era el nuestro, yo responbdí que si y él alzó la mano. El camión pasó de largo y los dos quizimos pasar por indiferente el percance y continuamos la conversación y me comentó que thabía tenido 12 hijos. - Eso es un gran alivio - le dije como para admirar ese trabajo que debio ser duro, pero el respondió que solo una de sus hijas lo ayudaba economicamente y otra solo de vez en cuando, a todos y cada uno de ellos hacía algunos años que no los veía, y aquella que lo ayudaba vivía en los Estados Unidos de America. Continuó contandome como fue que 2 de sus hijas habían perdido la vida con la misma enfermedad y a su esposa la había arrollado un auto, aunque él uso una expresión mas clara: "la mató un coche" y despues como era que uno de sus hijos, al que me jor le iba economicamente era dentista, despues rió levemente y me mostro lo que en cualquiera hubiera sido una sonrisa, en aquel viejo solo era mas carne gastada en un orificio situado debajo de la nariz, lo mostró un rato señalando cada uno delos lugares en los que debería de haber ido dientes, despues agachó la cabeza, y yo seguía sin mostrar ni lastima, ni pena, ni asco, solo compasión, algo de rabia y demasiada impotencia. Él no estaba cansado asi que prosiguió, y terminó de decirme cuanto era lo que le había mandado su hija del norte esta navidad y metió su mano en el bolsillo y saco tres monedas de 10 pesos, y me dijo que los transvales eran una gran ayuda y yo asentí. Me contó que una señora en el cuarto que renta le hace de comer y le vende la comida barato. Yo estaba como estaría cualquiera, pues no se como estaba no lo recuerdo, pero recuerdo que en mis cinco sentidos e impactado, había recibido un sincelaso sobre la frente, era dificil de entender todo eso y no sabía ya que decir, cuando como providencialmente apareción un nuevo camión de la linea que esperabamos, pero en realidad no quería terminar la historia y preguntó de nuevo si ese era, yo respondi que si, y alzamos las manos los dos, pero de nuevo el conductor hizo caso omiso de nuestra señal. Esta vez como la anterior no hicimos mucho caso y entonces el viejo, al que ahora había apodado "mostachon", dijo una frase que espero nunbca olvidar: "No se quienes son mas dificiles de entender si los camioneros o las mujeres" y mire su rostro, y donde hubiera tenido lugar una sonrisa ahora podía ver yo una mueca de satisfacción ante su comentario y mi risa ridicula y poco disimulada. Y aquel momento dio ocasión del consejo que nunca sobra, y comenzó a decirme que ahora que tengo padres tengo que aprovecharlos y cuidarlos, y apoyarlos y esas cosas a las que uno no presta mucha atención sino hasta que escucha cosas como: "mi hijo en cambio cada que tengo un dinerito, viene con un apuro me pide prestado y ya ni le pagan a uno", en ese momeno sentí como si hubiran agarrado la piel de mis pies con unos ganchos amarrados a un camión de volteo en marcha y fuera quitandome cada centimtro de piel. Yo asentía con la cabeza y no podía mas, pensaba yo, era imposible que se pudiera ser tan asquerosamente despreciable ante tanta ternura, pero esta vez no solo asentí sino que dije algo que realmente estaba sintiendo y pensando.
.-Seguro se les ha de olvidar las noches que usted tuvo que andarlos cargando y ayudando y sacandolos adelante. - El reprobo con la cabeza y como cerrando los ojos por no querer recordar alguna cosa que esta vez cruzaba su mente. El camión se aproximaba de nuevo y esta vez no estaba dispuesto a perderlo, si continuaba un rato mas ahí hubiera abrazado al viejo mostachón y hubiera querido contemplar el rostro que seguramente no hubiera sido de satisfacción. Asi que alze mi mano con todas mis fuerzas como si el conductor fuera a tomar en cuenta la fuerza con la que uno pide la parada. Por obra de algún Dios se detuvó y le cedí el paso y despues de él sse lo cedí a una señora y a un señor de menos edad. Justo antes de arrivar el autobus eleve una plegaria al cielo, un plegaria pequeña como mi fe, como mi suerte. La elevé como quien toma una moneda de baja denominación, como quien eleva la mano para cubrirse del sol. Sería bastante ridiculo exponer aqui la plegaria era demasiado mundana, demasiado tonta.
Dios, como para burlarse de mi, cuando termine de pagar al conductor quise buscar el asiento en el que estuviera Don Mostachon para no dejarlo viajar solo, pero cuando encontre su delineado y delgado bigote debajo de la cachucha azul, encontre de nuevo la mueca de satisfacción, esta vez mas amplia. Estaba sentado justo a un lado de una señora de 40 años de una expresión muy seria y detras de un matrimonio de unos 60-65 años, con los que iba platicando muy alegre, cuando pase mis ojos por los crisales oscuros aquellos ojos cristalinos parecían humedos y me miraron, y se encojieron en su lugar.
Yo pase junto a la emocionada pareja y queriendo prestar mucha atención a aquellas voces gastadas solo alcanze "hace ya mas de 20 años" y "eso fue por que creimos que habías muerto". Yo al pasar junto a ellos y escuchar eso y me dije: .- "Que curioso a todos nos da la misma primera impresión, don mostachon".

No hay comentarios.: