1.30.2006

Por eso y no por otra cosa.


Yo no hice historia, muy al contrario me fui haciendo viejo queriendo, con voluntad y sin sobrepeso. Las aerolineas no estaban saturadas pero de cualquier modo, dudo mucho que el dinero me ajustase para caualquier billete, para cualquier lugar, y del mismo modo nadie me espera. Si alguien espera ese soy yo. Yo y una maleta cafe que sigo llenando de estampitas con banderas de todos lados, que voy recojiendo del suelo o tomando prestadas de otros equipajes, me da igual. Y un tio que se me acerca.-¿Estais esperando vuelo? .-No. Estoy esperando al tiempo haber si ya se acaba. -Pero eso es ridiculo. -Mas ridiculo sería que le dijera que me interrumpe.- Tenga un buen día hermano. - Adios buen mozo.- Y asi con la delicadeza de un rinoceronteme voy despiediendome de algunas personas, de algunos amigos, amistades PLL's en el idioma de los camareros, son para llevar, cortas y hefimeras. Relaciones, algunas mas que otras, que ninguna esta de sobra. Tampoco tomare un autobus, ni tomare un taxi, ni una hora, ni dos con anticipación. Este es un buen lugar, que si deja de ser bueno siempre sera favorable. Pero la maleta siempre estara lista y vacia, como de costumbre. Con algo de buena suerte hoy me quedare en casa y viajare un rato, o fumare antes, o quizá despues. Cuelgo mi guitarra a mi cinturon y un par de nombres, o dos: Claudia, Georgina, Alejandra o Alejandro, Alma quizás, no lo he pensado. Millas me faltan, ganas también, como dinero y buen licor, o como firmeza y determinación, pero en eso estoy trabajando. Hago grandes esfuerzos porque mis pies se queden en su lugar cuando viajo y no es otra cosa que cerrar los ojos un rato, y mantenerlos bien abiertos, como los oidos, como cuando cae la lluvia. Mis botas siguen estando nuevas desde que decidi que asi fuera, y asi ha sido. Existe otro mundo mas alla del que vemos y oimos, yo lo conosco, tengo amigos en la aduana, en la frontera hay mas gente como yo, tambien son pilares escenciales del exito de la televisión. En ese mundo hay diamantes en forma de respuestas y oro que se escurre por los oidos, oro gris como el que baña las catedrales. Me invitó un amigo, uno de esos para llevar y me llevó. Cosa de un par de años. Yo tambiénme invito de vez en cuando, cuando los Euros no son tan europeos como los niños africanos. Cabe la posiblidad, siempre y cuando sea muy remota. Hoy estoy en Los Angeles y mañana con ellos quizá, eso espero. No viajo rapido como las malas noticias, aunque yo sea una de ellas, viajo como las mariposas, las mas pequeñas, aplastado contra el parabrisas de un automivil, con el viento de frente, las alas abiertas y casi sin vida. Por eso y no por otra cosa es que soy...

1.27.2006

Pensé

Mi lugar de trabajo se encuenra en una zona de la ciudad que esta literalmente en construccion, es decir, esoy rodeado de gente interesada en revistas vaqueras, modelos (en lata) y coca colas. Mi oficina esta en un quinto piso de un edificio que tiene apenas unos 25 años aproximadamente, enfrente de eset se esta construyendo uno de 20 pisos, a la derecha se esta construyendo otro de 15 pisos, y a unas cuadras esta construyendose un paso desnivel. La cuestion es que cada que voy a tomar el autobus debía caminar por la acera del edifcio en construcción de enfrente, y pues los honrados trabajadores que me observaban desde los pisos superiores tenían varios días chiflandome y gritandome piropos desde arriba, paso generalmente a la hora de la comida y a la hora de salida.
Uno de esos días sabados en que trabajo medio día como ellos, salí y camine com ode costumbre a tomar el camion, con mi camisa planchada y mi corbata bien anudada al cuello, ellos viendome desde arriba, ya me había acostumbrado a escuchar sus alaridos como de perros hambrientos por eso no se explicar que fue lo que dijeron antes de que sucediera lo que sucedió. Del cielo cayo esporadicamene media torta, no se decir exacamente de que era, o que tenía adentro pero era una torta, un bolillo y especies dentro, de eso nohabía duda, acababa de caer justo a mis pies, quiero pensar que ese era el objetivo, que aterrizara frente a mi y me diera cuenta de que es lo que come "la gente como ellos", en ese preciso instante abri los oidos al olor de concreto que llegaba a mi nariz y entendi justo esas palabras "para que comas lo que come la gente como nosotros" añadiendo adjetivos tan folkloricos a los que estoy tan acostumbrado, como a las tortas, como al lugar donde vivi 18 años de mi vida, mis mejores 18 años donde comíamos a veces con menos que eso, enjarrando paredes, mi amigos y yo para poder comprar cervezas, para impresionar a Susy y a Dianita, pobrecitos nosotros, con tan poca edad y con tantas ganas, como ellos ahora los veía y me recordaban aquellos muchachos delgados y presuntuosos.
Al pensarlo mejor creo que no intentaban que lo comiera, hubieran preferido que subiera al camión con el en la cabeza, embarrado en toda la cara, sobre toda la ropa. Risas glamurosas con palabras afinadas tales como "pendejo", "puto" y millares de sinonimos fueron despaareciendo a mis oidos sosrdos de nuevo, salet aquel pedazo de disgusto artistico que estaba a mis pies, no sin anets haber revisado mis zapatos para el gusto de los obreros que reían y grittaban ahora con mas fuerza, pero con la misma falta de sentido.
Segui por mi camino con el mismo paso indeciso con el que sali de la oficina, con el mismo cigarro encendido, pero mas corto, pulcro en mis ropas y mis zapatos, era mas increible que cierto, pero asi segui sin levantar la cabeza, sin la mas minima expresión de repulsión u odio, sin la sensación de haberles hecho algo alguna vez algo, pero yo pensaba como ellos pensaban, y los entendía. Solo había una cosa que quedaba como enferma en mi cabeza dando vueltas desesperadas. Pense:
"Ojala que nunca, por nada del mundo a sus hijos les falte ese pan que han querido aprovechar sabiamente haciendome pensar,´poniendome a reflexionar, poniendome a pensar. Ojala de verdad nunca les falte la leche en sus casas y les sobre las cervezas, ni les falte el amor y les sobren las mujeres, ni les falte la educación y les sobren las escuelas, ni les falte la paz y les sobren las banderas y los partidos de las chivas, ni les falten la luz y les sobren las televisiones, ni les falte el agua y les sobren las fiestas de quinceaños, ni les falte piedad y les sobren los crucifijos." Pense, pense y sirvió: Gracias.

1.20.2006

Sin un Peso


Puede que hoy sea el mejor día de mi vida, pero eso no lo sabre sino hasta que este completamente muerto. Solo entonces tendre la oportunidad de hacer una compleja evaluacióin de todos y cada uhno de mis días. Justo ayer caminaba por la misma calle que hoy, solo que en distinta acera y me dije : "Seguro que hoy es el peor día de mi vida" pero eso es algo que tampoco podre saber sino hasta que se me acabe la jodida respiración por completo. Mientras tanto me gusta ir diciendome a mi mismo que todos los días son mejores o peores según mi estado economico y no tanto de nimo. Por que algo que Adam Smith y Marx olvidaron es que el esado de animo del hombre siempre es directamente proporcional al numero de billetes que hay en su bolsa. Por ejemplo, puedo ser el hombre mas feliz del mundo siempre y cuando haya un par de "sorjuanas en mi bolsa" o de menos uno. Y puedo ser el peor de los comunistas cuando no tengo un cigarro o un transvale. Asi pues la inetrrogativa más constante en esta hilación de premisas es ¿Como coños llego el pinche Marx a plantearse semejante barbaridad si venía de una familia bien posicionada? Entonces es donde yo voy a responder, cuando Marx llega a Berlin lleva el dinero de su padre que desperdicia en su intento por ser poeta y tener una vida de excesos, lo unico que consiguió fue que su poesia fuera muy mala y que su padre se quedara sin dinero. Despues de todo el circo "decide" trabajar pero entonces ya no tiene el apoyo de su padre, a quien odiaba (para varear) pero no le va muy bien y conoce a Engels y de quien vive el resto de su vida, Engels tiene recibe las rentas de un departamento y es de ahí de donde vive Marx. Por eso es que Marx odia también el capital, como yo, cuando estoy como ahora sin un peso encima, ni cigarros. Si Marx me hubiera conocido se hubiera dado consuelo pensando en que al menos yo no tengo ni un amigo como Engels.

1.17.2006

El viejo Mostachon


Lunes, 9.30 hrs. día normal, como todo lo que es mio. Como mi escuela, lugar al que me drigía justo ese día, justo a esa hora en la que me encontre con aquél anciano de aspecto rabioso y gruñon. Como no tengo mucho viviendo en ese vecindario olvide cual era la linea de autobuses que había de llevarme a mi destino. Opte por preguntarle a aquel señor de aspecto gruñon, bien rasurado, de bastón de palo, cachucha sucia y lentes oscuros.
.-Buenos días señor ¿Sabe ud. que camión me lleva a la normal?
.-Creo que la 637 - respondió rapidamente y acto aseguido comenzó a explicarme toda la ruta, calle por calle. Yo lo escuche detenidamente pero con cara de enfado, debo reconocer y me dije a mi mismo "Mmm, y yo pense que estaba muerto" aquel viejo hablaba y hablaba sin parar. Hasta que me platicó que el tomaría el mismo camión que yo, pense que sería un viaje largo y que hjabría que ir haciendose a la idea. Pero cuando me volvi a su rostro de nuevo, pude ver a travez del oscuro cristal unos ojos cristalinos y tiernos, maltratados y rodeados de arrugas. Y continuo diciendome que iría a la secretaría de transito a comprar algunos transvales, me sentí por completo identificado con él porque yo por mi parte iría también a comprar algunos a mi escuela. Y comenzó contandome que era muy dificil para un señor como él, con sus 78 encima, poder conseguir un trabajo, además no era nada sencillo desde que vivía completamente solo. No quise preguntar porque y decidí preguntar:
.-¿Entonces como hace para ayudarse? - El giro la cabeza hacia el camion que se avecinaba y me pregunnto discretamente si era el nuestro, yo responbdí que si y él alzó la mano. El camión pasó de largo y los dos quizimos pasar por indiferente el percance y continuamos la conversación y me comentó que thabía tenido 12 hijos. - Eso es un gran alivio - le dije como para admirar ese trabajo que debio ser duro, pero el respondió que solo una de sus hijas lo ayudaba economicamente y otra solo de vez en cuando, a todos y cada uno de ellos hacía algunos años que no los veía, y aquella que lo ayudaba vivía en los Estados Unidos de America. Continuó contandome como fue que 2 de sus hijas habían perdido la vida con la misma enfermedad y a su esposa la había arrollado un auto, aunque él uso una expresión mas clara: "la mató un coche" y despues como era que uno de sus hijos, al que me jor le iba economicamente era dentista, despues rió levemente y me mostro lo que en cualquiera hubiera sido una sonrisa, en aquel viejo solo era mas carne gastada en un orificio situado debajo de la nariz, lo mostró un rato señalando cada uno delos lugares en los que debería de haber ido dientes, despues agachó la cabeza, y yo seguía sin mostrar ni lastima, ni pena, ni asco, solo compasión, algo de rabia y demasiada impotencia. Él no estaba cansado asi que prosiguió, y terminó de decirme cuanto era lo que le había mandado su hija del norte esta navidad y metió su mano en el bolsillo y saco tres monedas de 10 pesos, y me dijo que los transvales eran una gran ayuda y yo asentí. Me contó que una señora en el cuarto que renta le hace de comer y le vende la comida barato. Yo estaba como estaría cualquiera, pues no se como estaba no lo recuerdo, pero recuerdo que en mis cinco sentidos e impactado, había recibido un sincelaso sobre la frente, era dificil de entender todo eso y no sabía ya que decir, cuando como providencialmente apareción un nuevo camión de la linea que esperabamos, pero en realidad no quería terminar la historia y preguntó de nuevo si ese era, yo respondi que si, y alzamos las manos los dos, pero de nuevo el conductor hizo caso omiso de nuestra señal. Esta vez como la anterior no hicimos mucho caso y entonces el viejo, al que ahora había apodado "mostachon", dijo una frase que espero nunbca olvidar: "No se quienes son mas dificiles de entender si los camioneros o las mujeres" y mire su rostro, y donde hubiera tenido lugar una sonrisa ahora podía ver yo una mueca de satisfacción ante su comentario y mi risa ridicula y poco disimulada. Y aquel momento dio ocasión del consejo que nunca sobra, y comenzó a decirme que ahora que tengo padres tengo que aprovecharlos y cuidarlos, y apoyarlos y esas cosas a las que uno no presta mucha atención sino hasta que escucha cosas como: "mi hijo en cambio cada que tengo un dinerito, viene con un apuro me pide prestado y ya ni le pagan a uno", en ese momeno sentí como si hubiran agarrado la piel de mis pies con unos ganchos amarrados a un camión de volteo en marcha y fuera quitandome cada centimtro de piel. Yo asentía con la cabeza y no podía mas, pensaba yo, era imposible que se pudiera ser tan asquerosamente despreciable ante tanta ternura, pero esta vez no solo asentí sino que dije algo que realmente estaba sintiendo y pensando.
.-Seguro se les ha de olvidar las noches que usted tuvo que andarlos cargando y ayudando y sacandolos adelante. - El reprobo con la cabeza y como cerrando los ojos por no querer recordar alguna cosa que esta vez cruzaba su mente. El camión se aproximaba de nuevo y esta vez no estaba dispuesto a perderlo, si continuaba un rato mas ahí hubiera abrazado al viejo mostachón y hubiera querido contemplar el rostro que seguramente no hubiera sido de satisfacción. Asi que alze mi mano con todas mis fuerzas como si el conductor fuera a tomar en cuenta la fuerza con la que uno pide la parada. Por obra de algún Dios se detuvó y le cedí el paso y despues de él sse lo cedí a una señora y a un señor de menos edad. Justo antes de arrivar el autobus eleve una plegaria al cielo, un plegaria pequeña como mi fe, como mi suerte. La elevé como quien toma una moneda de baja denominación, como quien eleva la mano para cubrirse del sol. Sería bastante ridiculo exponer aqui la plegaria era demasiado mundana, demasiado tonta.
Dios, como para burlarse de mi, cuando termine de pagar al conductor quise buscar el asiento en el que estuviera Don Mostachon para no dejarlo viajar solo, pero cuando encontre su delineado y delgado bigote debajo de la cachucha azul, encontre de nuevo la mueca de satisfacción, esta vez mas amplia. Estaba sentado justo a un lado de una señora de 40 años de una expresión muy seria y detras de un matrimonio de unos 60-65 años, con los que iba platicando muy alegre, cuando pase mis ojos por los crisales oscuros aquellos ojos cristalinos parecían humedos y me miraron, y se encojieron en su lugar.
Yo pase junto a la emocionada pareja y queriendo prestar mucha atención a aquellas voces gastadas solo alcanze "hace ya mas de 20 años" y "eso fue por que creimos que habías muerto". Yo al pasar junto a ellos y escuchar eso y me dije: .- "Que curioso a todos nos da la misma primera impresión, don mostachon".

1.13.2006

A Violeta

Olvide cuando fuimos angeles y lo olvide todo, desde aquel viento con el que te regocijabas hasta que e alcanzaban las olas y yo te perseguía soplando con fuerza para levantar tu vestido, hasta aquel horizonte gris que pintaste de amarillo cuando lo rozaste con tus cabellos, y yo solo lo manche de rosa.
Olvide cuando fuimos bestias y lo olvide todo, desde aquella mañana fria en medio del desierto y las olas golpeando el costado, hasta la noche en que los cazadores arrastraron sus bagonetas hasta mitad de la selva y me pediste que corriera y yo te arañe la cara y tu deshiciste mi espalda.
Olvide cuando fuimos hierbas y lo olvide todo, desde el rocio silvando antes de resbalar entre mis manos, hasta la enredadera que te volviste siendo hierba buena. Y yo tan hierba mala, y tu tan manzanilla.
Olvide cuando fuimos notas y lo olvide todo, desde aquel clavicordio donde te enlacé siguiendo tu bemol y tu te clavaste en mis cuerdas hasta volverte disonancia, hasta aquel viejo piano monocromatico donde celosamente arranque los decibeles de los muros y te alcance en el vuelo justo a tiempo para formar el sonido de un cencerro.
Olvide cuando fuimos aves y lo olvide totdo, desde aquel nido donde guardabas caramelos y dejabas los gusanos para mi, hasta la nube que sonrio la tarde que me decidi a pedire matrimonio.
Olvide cuando fuimos mariposas, y lo olvide todo, desde tu contoneo an peculiar y propio que decidi estudiar por tantos años y que fue mi ciencias favorita, hasta el polvo que dejabas cuando sin querer el viento se atrevia a ir en ora dirección.
Olvide cuando fuimos llanto y lo olvide todo, desde la fiebre que asesino a tu gato, que se habiá comido mi tortuga, hasta el entierro de tu madre junto a tu padre y hermanos.
Olvide cuando fuimos miradas y lo olvide todo, desde el encuentro furtivo a mitad del anillo periferico donde casi perdias la vida y yo llegue justo a tiempo para no hacer nada y gritar como histerico, hasta la noche que preferiste que durmiera en el sofa.
Olvide cuando fuimos marmol y lo olvide todo, desde aquellas horas dulces en que tu danzabas tan estatica que prefiria no mirarte, para no romper el cubo que me limitaba el alma, hasta los minutos en los que recibi los ultimos golpes del martillo.

Olvide cuando fuimos humo y lo olvide todo, desde la luz violeta que atravesaba tu silueta, donde me imagine tantas veces haciendo las veces de luz, hasta la ultima forma que tomaste despues de enlasarte conmigo y hacernos trenzas multicolor para despues disiparte y dar lugar a la luz, y solo la luz.
Olvide cuando fuimos hombre y mujer y lo olvide todo, porque asi lo prometí, todo.

1.09.2006

Mi Fortuna


Tengo una deuda exetrna de un millon de explicaciones que inetntare pagar con quinientos pesos en vales de pretextos. con un cheque sin fondos de mil esupidos silencios tratare de amortizar los "porques", los "para ques" y "Para cuandos".
Compre un par de acciones en maltratos, en la bolsa de valores, por si acaso tus preguntas llegaran a sublimarse.
Tengo la mitad de una respuesta bien guardada en un cochino de porcelana, que guardo bajo la cama, por si algún día la ocasión lo reclama.
Tengo un martillo para reventarle el tabique a quien intente robarmelo.
Tengo un baul repleto de dudas que riego con una mangera muy ancha, de donde brotan ideas, a veces confusas cuando hay escases. Saco, de vez en cuando, el baul a la terraza para que les de el aire y no sean vicitmas del enmohecimiento, por eso es también que a veces viajo. Viajo y pago con mi bastardcard y puedo sentirme orgulloso de acumular puntos en mi aereolinea, que cuenta con mas de 500 bibliotecas.
Tengo tambien un sabio bigoton en la torre mas alta. Él es quien me ha enseñado a ahorrar y a el le debo mi fortuna.
Tengo una rana purpura en el estanque y un jardin repleto de respuestas que nunca he llegado a enteder. Por eso me ahorro mis comentarios.

1.03.2006

El joven del jardin

Estaba el joven sentado en el cesped de un jardin poco recurrido. Nada recurrido para ser exactos. Porque apenas y cumplía con los requisitos que un area verde necesita para ser llamada jardin: un arbol, dos arbustos nada simetricos, tres arboles pequeños, cuatro flores, a las que podríamos llamar silvestres, y un abastecimiento inmenso de tierra.
El joven se encontraba, podríamos decir, en el centro del jardin (si consideramos que los desiguales, malmedidos y chuecos lados del jardin formaban una figura que pudiese tener centro). Desde ahí alcanzaba a vislumbrar las dinamicas luces de un semaforo que osrevaba detenidamente, pero sin dejar de presionar con su mano izquierda el abdomen, queriendo detener el trafico violentamente rojo, que el orificio situado debajo de su ultima costilla izquierda iba vertiendo sobre su camisa blanca, que ya no lo era tanto. La mano derecha (por no decir el codo y todo el antebrazo), por su parte, servían de sosten a todo el cuerpo inclinado sobre ellos, es decir, las maltratadas piernas horizontalmente sobre el pasto, la espalda formaba una rampa de aproximadamente 25º conforme al suelo. Y la cabeza del joven mirando al semaforo, interrumpido solo a veces por ese colgar su cabeza del cuello, para dejar descansar este ultimo.
Bajo aquel semaforo, objeto de su admiración, la gente se sigue acumulando, todo al rededor de un par de automoviles (si podemos llamarle asi al conjunto de alambres y alambrones malacomodados y amorfos) que permanecían inmoviles, con un par o dos de personas (si podemos asi llamarles también) en el "interior", en el mismo estado de dinamica y forma que los autos.
El joven optó por aflojar el nudo de su corbata roja y desabrochar el primer boton de la camisa. La expandida mancha en la camisa ala altura del abdomen, hay que decirlo ¿Porque no? hacía juego con la corbata y combinaba con el azul marino de su pantalon, cuyo cual, estaba sucio y graciento, cosa que impedía percatarse de otras manchas de la misma epsecie que la primera, pero sin dejar que pasen por alto las rupturas que presentaba en la entrepierna, junto a la bolsa izquierda y otra al final de la manga donde se abría la costura lateral exterior derecha, desde la rodilla hasta el empeine, lo que le daba un aspecto setentero entre otras cosas.
Un par de señoritas, temerosas y finas transeuntes del descuidado barrio, hicieron este ultimo señalamiento acerca del pantalón, al que denominaron old fashioned, al igual que al cabello despeinado y manchado del joven, eso si, la corbata si que venía al caso- comentaban entre ellas- era lo unico rescatable de aquel anticuado tipo, que además tenía los peores gustos para descansar.
Sobre el cesped, aquel joven iba haciendo pequeños surcos sobre el lodo con los dedos de su mano derecha, que se negaba a sucumbir frente al poco peso de su cuerpo. Los ojos grises y bien abiertos no se apartaban de aquella borrosa imagen del tumulto bajo el semaforo, al que nadie hacía caso ahora. Y quizá ni ahora ni antes, porque de haberle hecho caso seguro que no estarían los autos en ese estado, y la gente no se hubiera reunido ahi con sus caras de ridiculo asombro y estupida preocupación, a las que ahora se sumaba una sirena, un par de luces ambar y tres paramedicos con cara de ser capaces de calmar a cualquiera.
Pero el joven del jardin no parecía tan calmado despues de todo y antes de intentar soltar un grito, dejo de nuevo colgando su cabeza del cuello y la alzó para dejar salir un minusculo sollozo que ni siquiera él escucho, porque ni siquiera abrió la boca. La excitación solo se notaba en sus ojos bien abiertos y sus cejas perpendiculares. Al hacer este ultimo movimiento hizo notoria su presencia en el jardin para un oficial de policia que pasaba por ahi casualmente. El oficial notó esa anormal conducta del sujeto del jardin - Quizá estaba tratando de esconder algo - el justiciero pensó -Quizá tenga droga por ahí guardada, o ¿Que tal que la acabe de consumir?¿O si casualmente resulta que esta bebiendo? o peor aun ¿Si estaba fornicando y esconde una chica debajo de esa chaqueta azul? - Solo Dios sabe cuantas mas barbaridades y de que tipo fue imaginandose el oficial mientras caminaba al rededor del jardin para concretar alguna de sus sospechas. Pero para su desgracia, y la de algunos mas, antes de comenzar su quinta vuelta se marchó, decepcionado de no encontrar mas que aun tipo raro y sucio, al que le gustaba el color rojo y que parecía ser demasiado aburrido y palido.
El joven al verse tan presionado por el ruido que hacía aquel aparato estridente que iba penetrando lentamente los restos del Honda Civic que solía manejar su novia, se vio obligado a resbalar su codo derecho y ensangrentado, sobre el lodo para quedar acostado completamente. Todo sin retirar en algun momento su mano izquierda del abdomen. El ruido no cesaba y el joven alcanzó con su mano derecha la bolsa izquierda de si chaqueta de donde saco una caja con cigarrillos, con algo de esfuerzo se colocó uno en la boca enterregada, y con el encededor de gasolina que acababa de sacar del pantalón, puso a consumirse el cigarrillo.
Comenzó a respirar hondo, y a formar grandes nubarrones que parecían subir a tocar el cielo que a su vez se iba oscureciendo, y ya dejaba ver las primeras estrellas.
El joven recostado sobre sus cabellos iba esperando anciosamente que cesara aquel sonido que se conjugaba con el rechinar de llantas que aun le agitaba la cabeza desde hacía 2 horas, una y otra vez.
A un par de señoras, masomenos jovenes, que solían pasear a sus mascotas y a sus niños, masomenos jovenes, les tocaba coincidir aquel día con aquel joven, que ahí tendido iba respirandose el humo -humo al que aquellas damas habían denominado "mortal"- que parecía ser el mismo humo que en ese instante sostenía en sus grandes bocanadas el anhelo de aquel joven.
Las respetadas mujeres, en su breve y delicado conversar sin puntuación, habían tocado el delicado tema de los hijos, sin olvidar poner un pequeño enfasis en las palabras: "holgazan", "maleducado", "desentendido", "desatinado", "malformado", "descuidado", "poco querido" y "olvidado", al mencionar que no quisieran que sus criaturas terminaran de aquel modo, haciendo un pequeño ademan con el dedo que se dirigía, como sin querer, hacia aquel joven que encnedía un segundo cigarro, sin hacer esfuerzo alguno para levantarse del suelo, peinarse un poco los cabellos o sacudirse las manchas negras y rojas que llevaba en todo el cuerpo.
Permanecio con los ojos abiertos al cielo, a donde se le escapaba el humo, y pensó que le gustaría a él también (si existía un cielo) llegar ahí. Y pensó en rezar. Para sus adentros recitó - Padre... Padre nuestro - recordaba con firmeza - Padre nuestro que estas en... - Para su mala fortuna había olvidado donde era que Dios estaba. Tantos años repitiendolo tan claramente y hoy que había decido ir a buscarlo, había olvidado donde estaba y se preguntó - Si yo fuera Dios ¿Donde estaría? - Y en sus escasos minutos de cavilación como intento de repsuesta concluyó - Si yo fuera Dios estaría controlando las luces de todos los semaforos y me aseguraría de que todos las observaran-.
El joven hizó un esfuerzó, se acomodoó en su posicón original y contempló de nuevo el semaforo, el tumulto, al que se habían sumado dos señoritas, un policia curioso y dos señoritas masomenos jovenes con sus dos hijos masomenos jovenes. Del tumulto sacaban ya grandes trozos de ropa rellenos de algo, cubiertos con sabanas blancas, que le recordaban a su camisa, la cual seguñia sosteniendo con su mano izquierda.
El semaforo permaneció en rojo, contraste perfecto al negro del cielo. El joven fumo, contraste perfecto perfecto al olor de la vida.
La luz declaro el siga. su cigarro se apagó y el joven se desplomó.