4.14.2008

Lime Tree


Justo acabo de comprar una botella de agua mineral para acompañar los limones que quedaban. Incluso los insectos que pellizcan desesperados las cenizas que olvidaste por aqui, incluso ellos saben lo estupido que resulta la guerra. A veces yo. Cuando me pellizco tanto para alcanzar a cotizar algunos de mis sueños, que aprecen y se van. Como aves. Y en ocasiones me hacen daño. Cuando vuelan. Cuando me gusta verlos hacer de comer o simplemente dormir, y como rien cuando lo hacen. Cigarros de boquilla larga incrustados en los vasos de agua amarilla. Me gusta volver a casa, pero solo mientras los pajaros vuelven. Alguien debe apagar el fuego en la cocina de cualquier modo. Y los pajaros siguen durmiendo como ya dije. Si existe algo seguro hoy, que tire la primera piedra, y que tire la primera casa, y la primera escuela, y el primer edificio, y los primeros diplomas, las primeras lecciones, los primeros sueños.
Es tarde, y resulta extraña la compañia. Extraña como extranjera. Como ausencia. Y esa si que me hace daño. No es que sea enteramente partidario de la globalización, pero no tengo nada en contra (ya no mas) de las compañias extranjeras. Son tan calidas a veces, y de tan extrema calidad. Y tienen los ojos brillantes, gigantescos y redondos. Asi, con los pies tan desnudos, no siente uno miedo de caminar sobre sus raices delgadas e inestables.
Extiendo una disculpa como un pedazo de pan. Que si antes no lo hice, fue porque no tenía dinero para pagarlo y entonces trate de conquistar a la panadera, pero ella ya esta comprometida. Y comprosacada, y compró un montón de cosas más que todavía no paga. Como yo. Por eso seguimos siendo amigos. Por eso puedo pagarle mañana que me depositen. Por eso a veces me indigesto.
Intenté ver peliculas de humor negro y oriental. Pero yo siempre fracaso. Y es que soy un tanto racista a veces, y no estoy orgulloso, estoy mas bien acostado. No comprare un jaula, no hoy. No sera de oro, y no sacare un juego de llaves, sobre todo porque las llaves no se hicieron para jugar. Porque para empezar esas llaves ni siquiera han sido hechas aun. Ni han sido hachas. Ni han sido ocho. ¿Para que mergas quiero yo ocho llaves? Si finalmente ni tengo jaula, ni tengo joyas, ni tengo gallos. Eso si, tengo agua mineral, algo de limones, restos de cigarros blancos fumados silenciosamente. Silenciosa.h.amante. Espero llegar bien pronto al punto donde me quedo dormido. Espero llegar y encontrarme como pajaro, amarillo y orgulloso, tosiendo y vomitando por miedo a verme obeso.
Mañana tenemos examen de cardiología y tendremos que extirparte eso que te sobra, porque no se te ve muy bien ultimamente. No caminas derechito. No te paras derechito. No te mueves derechito. Ademas que de madrugada, tu corazón late tan alto (siendo tu tan chaparrito) que llegas a despertar a los vecinos, -han venido ya a quejarse varias veces- activas las alarmas de los coches abajo en el estacionamiento y el señor que barre la banqueta no puede oir con tranquilidad su noticiero en los walkman que le regalaron sus hijos hace siete años. Pero no hay nada de que preocuparse. Mirate nada más si estas tan majo. Bebiendote la tinta de tus plumas. De tus pajaros.

1 comentario:

Sofistóteles dijo...

Que bonita metáfora política para el amor...

Eso de las compañias extranjeras..

Menny!