11.15.2005

Me va a perdonar ud...la cara de Estupido

Caminaba yo, con un cigarro, previamente encendido, en la mano derecha, el café en la otra y un libro de titulo extraño bajo el brazo. Caminaba por López Mateos y cavilaba acerca de amarrarme el pelo o no hacerlo. Pudo haber sido una decisión importante, pues de cualquier manera todo el mundo sabe que de traer húmedo el cabello si uno se lo amarra es peligroso para la salud de este, en fin. Seguía yo parado en el camellon y decidí por instinto cruzar la calle, como la gente normal ¿No? Y fue entonces cuando la cuestión capilar perdió por completo toda su importancia, junto con las demás cosas, incluyendo la ruta 59 que amenazaba con desarmarme el cráneo, y todo fue segundo plano y extras, accidentes del momento. La vi a ella parada en el camellon, que quedaba justo frente a la banqueta por la cual pasaba yo, caminante a un lado.
11 meses, 13 días, 10 horas y 37 minutos sin verla, y de repente así, como de la niebla, aparece con su característica despreocupación. Paradita sobre sus delicados talones, vestida con una blusita verde, princesa escarlata. Algo en lo que no me detuve mucho cargaba sobre su mano izquierda. El viento, el rápido y feroz pasar de los autos, hacían de su cabello amarrado, un ramo de plumas rojizas con pinceladas doradas, lanzadas desde el pincel de un ángel.
Pero el espectáculo no es mas sensacional sino hasta que su distraída y semiperfecta figura comienza a contonearse en dirección a mis pasos, empieza a abrirse camino entre los coches, y el delicado, cadente y seductor movimiento de su cabello podía verse el reflejo de mi carota de animal, resultado de la imperfección de mis cálculos. Puesto que, yo sabía de antemano que paso por su colegio todos los días y mas de alguna vez sabía que podía encontrarla por ahí, pero nunca se me había ocurrido planear que hacer para ese día, menos si trajese yo el pelo suelto y húmedo.
En fin, me dedique a admirar toda aquel gesto de amabilidad que me brindaba en un saludo, y yo correspondí con una cara que mas de extrañeza, era digna de un imbecil. Pero no cualquier imbecil, si no, un imbecil que parecía haber encontrado un manantial de café en Siberia, o algo mas complicado que eso, uno que parecía creer en papá Noel. Yo, con todo y mi carota, seguí sin parar, porque encontré dos motivos para hacerlo: el primero que era tarde y seguro tendría ella clase y el segundo no me dio tiempo ni de pensarlo, así que camine sin hacer ningún reparo, con el corazón a todo galope, tremenda furia, ironía, -¡Regresa!- me decía dándome ánimos pero no le encontré ningún sentido, cuando voltee de nuevo atrás y ella me miraba como extrañada también. Acto seguido inhale con fuerza la boquilla del cigarro, me reprobé fuertemente con la cabeza girándola horizontalmente y casi tan agachado, mas a manera de penitencia que nada. Cuando por segunda ocasión, aun sin detenerme un solo momento (Quizá hasta caminando con mas velocidad), mire hacia atrás, ya no había nada, se había ido todo, y lo poco que esto significaba para mi.
No fue sino hasta entonces que me detuve, con el cabello sobre la cara, el cigarro desvaneciéndose entre mis dedos, el café escurriéndose, llorando sobre mi muñeca. ¿Y mi muñeca? ¿Donde estaba ahora la única muñeca que entonces me importaba? No era precisamente la que ardía con el café encima. Se había escapado entre los bloques de concreto, o que se yo, se habría elevado al cielo extendiendo sus alas sin miedo.
Enfadado conmigo mismo, seguí cantando enganchado a ti tema que venía entonando desde que salí de mi casa, e intente descifrar el difícil acertijo, sería acaso mi día de suerte, pues acababa de pasar algo que no todos los días, el encuentro inesperado con mi felina, exiliadora, mariposa abusadora y knockeadora favorita. Pero por otro lado mi estúpida actitud poco madura, miserable, insignificante, que solo vendría a mostrar lo poco que he cambiado desde la ultima vez que me vio. No sería hasta después que lo entendiese yo, el fin del mundo, y de mi dignidad con él, estaba cerca y no había mucho que yo pudiera hacer, seguí caminando después de un breve reflexionar acerca de mi inexplicable y absurda conducta. Pido sinceras disculpas por mi cara de estúpido, y por muchas otras cosas de las que debería pedir disculpas también, pero que hoy no están a flote, -Hoy aprendí que los malos días pueden comenzar con imágenes tan preciosas- seguí caminando mientras planeaba escribir esta carta, y se derramo mi café por completo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

dud! mijo!! por aca ijo!
ey ya soe como una fan, tipo una fan poes, me meto a tu blog asi cmo a hotmail, bueno menos pero aki ando pendiente de los nuevos.
ey du ya dime si es real todo lo q pones, o pokito? asi como la mitad? e? E!
buenas dudi tqiero mucho antoneo tooo.

Anónimo dijo...

yo no soy el usuario anonimo!! porq me dice asi tony!!
y loego me pone: aga su comentario y yo asi tony osea yase e!
y aparte tony ya q lo ago me dice q "el usuario anonimo" (q no soy)dijo, me acusa q poca de blog e dudi.

Anónimo dijo...

ajham, cof-cof