3.06.2006

Un trozo de suelo


Le faltaba un trozo de suelo al pequeño árbol. Al que olvidaste poner nombre. No responde a ningún nombre y no creo en que árbol alguno lo haga en realidad. Lo dejaste en el mueble de la cocina. Dentro de una maceta de plástico donde la tierra no cabía. Donde tampoco cabía la ausencia de una abandono como el tuyo. El arbolito no se quejaba ¿Y yo? ¡Cuanto llore! Y regaba a cada mañana aquel arbolito abandonado ¿Y yo? Yo lo regaba. Por lo general acordándome de ti. Él estaba solo ¿Y yo? Yo también. Y después de una mañana de invierno ya no.
Recargue mis codos sobre aquel mueble y clave mis ojos en sus hojas. Comenzó entonces mi estático vida en un posición desde la cual podía preparar café y encender un cigarro, además, no estaba solo. Yo me fumaba un cigarro y él me pedía la cenizas. Yo preparaba un café y el se bebía la mitad.
Existía un dialogo constante entre él y yo. Entre yo y él, todo el tiempo, constante ¿Ya lo dije? No me importa, ni a él tampoco ¿Como le va a importar? Contando historias o segundos o minutos.
Mis pies comenzaron a soltar sus raíces y cada mañana en mis ojos el roció. El árbol tan inmutable, parecía enternecerse. Mis dedos y mis párpados comenzaron a marchitarse.
Llegaban todo tipo de recibos pero el árbol en realidad no debía nada a nadie. Comenzó a perder sus hojas de repente ¿Y yo? Yo el cabello y las ganas de licor. Él no crecía demasiado mientras que yo me sentía cada vez mas pequeño frente a él. A él no parecía importarle ¿Porque habría, pues, de importarme a mi? Sus hojas diminutas, y escasas ahora, como mis dientes se empezaron a teñir de amarillo. Y su conversación más lenta pero mas cálida. Yo seguía vertiendo café en sus raíces y ahora también en las mías. Seguíamos encendiendo tabaco y ninguno fumaba. Su débil tronco se fue doblando y mi columna también. Seguía regándonos a ambos cada mañana con las mismas lagrimas y recuerdos de siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca he sido mui afin a las raices y aun asi me doe coenta del mismo pasto bajo mis pies, o mas bien el mismo concreto, ya kiero probar otro sabor de banqueta

Anónimo dijo...

ijoles clo, que te dire? que las raices no son lo mas importante siempre, ni las banquetas, a menos que no tengas donde dormir, lo importante es la savia, y creo que esa si la dominas.. (no por sabia, aclaro) .. neto que tampoco lo digo por lo de ser babosa.. jojo..