11.01.2010

Fuerza Nuclear


Ella miraba el mundo entretenida, como una cucaracha peinandose las antenas. Ahí aprendió a hacerse uno con el talio. Así fue como nombraría a su hijo el primogénito.
Era capaz de entretenerse con cualquier cosa, hasta que cualquier cosa comenzó a recordarle lo aburrido que era todo.
Descubrio por fin que cuando no aburría, dolía.
Pasó del aburrimiento al dolor cuantas vecez pudo, alternandolos, ironicamente, para no aburrirse.
Y funcionó.
Hasta que se dio cuenta que cuando se aburría le causaba dolor a otros.
Pero si a ella no la había detenido ni la bomba nuclear.

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