12.24.2007

De regalos, regalías y regañados.


Es una carta, o muchas, o disculpas y escondistes disfrazados todos de postal economica, casi practica y elocuente. Nada tiene que ver esto con la ultima navidad que celebramos, si es que podemos llamar celebración a la conglomeración casi a fuerza de una serie de personas, y es que como dice mi madre, a huevo, ni las gallinas ponen.
A nadie le gusta, y lo juro, a nadie le gusta que un extraño se tome la molestia de regañar a los hijos de uno. Pero los hijos jamas son de uno, los hijos son de dos y a mi me parecería bien que me devolvieran los mios, si es que en realidad, como dicen, no los quieren.
Leía no hace más de una semana al joven Holden cuando escribía, con cierta indiferencia, acerca de las botas que alguna vez le había regalado su madre, o a decir verdad no se bien si hablaba de unas botas o de una chqueta, pero hablaba de la tristeza de los regalos. Y hoy quiero tomar sus palabras como algo que pienso, como algo a lo que me abrazo, son las cosas mas tristes del mundo, limpiar, acomodar, recoger, esperar y lavar. Y es que la madre de Holden no había acertado en el tipo de botas que necesitaba él, y me dijo descaradamente, lo triste que cualquier regalo puede llegar a ser. Y yo lo entendí.
Y es que si Nacho como sabe como contarle a Isabel como es que no ha conseguido empleo, y es invierno, y sera navidad, y un hijo con él, y a mi me pega la gana de preguntar donde. Aunque nadie responda.
No es cuestión de suerte, es mas bien una cosa de querer. Y lo que tengo, que aunque es nada, es mio. Como el violin de Isabel, y es que no hace mas de veinte horas conocí a una mujer de nombre afrancesado que dommina el arte de las cuatro cuerdas y el arco tibio.
Epoca de abrigos, y si a ti amigo, porque te escribo a ti, alguna vez te regale uno o dos, o mil, o simplemente lo olvidé, perdón. Más podras ya regalarlos tu, porque a mi me pone triste. Y Bendito Dios, que mis regalos, los pocos que he dado, no los puedes devolver, y aunque pudieras no me importa, por que a ti amigo, como piensas, piensas bien, que a mi las cosas siempre me estorban.
Es que vivo en un cuarto piso, pero cuando digo piso quiero decir piso. A nadie le gusta que los regalos no le queden, a nadie le gusta que os regalos nunca lleguen, y es que extraño un poco que las cosas dejen de cambiar, pero la gente insiste en el redondeo. Y los niños, como son de terribles, de caraduras, no entienden mucho de navidades y de impuestos, se hechan a llorar mientras alguien les ofrece abrigo, ellos, en ocasiones prefieren un cigarro, un trago de whisky o una cara trizte.
Que estropeado todo, en el suelo, no trapeado. El suelo, entonces, no esta nada mal, pues no esta estotrapeado.
No se puede hablar mucho de cosas que han pasado, de regalos recibidos, estropeados, remendados, remolidos, regresados, rev-helados. Faltaba mas. O menos. O como, despues ceno, porque justo hoy es noche buena, y escribo en plena navidad, desde un hoyo, desde un beso, este lugar donde no hace mas frio que el de los cables, donde no hace mas hambre que la de los 120 vlts. hechos luz, fria luz. Escribo por que es la costumbre, de estambre, de hambre, knut hamsun. Y revelo en tecnicolor, ya sin fechas, que se acercan, y que tardan, feliz navidad, aguja en el pajar, guardian en el centeno, algo en el camino, jinetes en la tormenta, brujita, cicatriz, desnudéz, margot, distancia, fulgor.
Felices fiestas des.hembrinas. Sin regalos, ni regresos. No se aceptan devoluciones en este departamento. No lo intentes.
Mi sobrino nació el mismo día que yo. Y no pude encontrar nadie mejor con quien recibir las doce. Junto a él. Robandole un pedazo de su cama, antes de que caiga dormido, escuchando a woody, viendo los celos tremendos de la ingenuidad. Eres mi alguacil preferido. Solo tiene un defecto, el no toma, no mucho.
Nunca lo he visto llorar a el. Y al parecer no le importa mucho a sus dos años si Santa es una muñeca inflable o una botella gigante de Coca Cola.
Asi quisiera, que sin nombres terminara esta carta de bienvenida, por la gente nueva que en excelente hora se atraviesa en mi vida, y a quien por equivocacion quiera volver. Y de despedida, por que quien sabe si como Isabel mañana no me levante, y ni si quiera lo intente. No es fatalismo, pero es que el niño no quiere dormir, y a veces yo si.
Faltaba mas, y asi sin mas preambulos, preambitos, preludios, predilectos, preparados, listos, fuera.
Feliz Navidad.
Que sus deseos no se vuelvan realidad, sino por el contrario cada vez los vean mas lejos y se motiven, movidos por la inocencia (inconciencia e incinciente) y no por la ingenuidad (estupida y reluciente) a luchar (o lo que mas se le parezca), o darse cuenta de la absurda, la vieja cruda realidad.
Que Feliz y vieja Navidad, esta que parece nueva, sin novedad.
Navidad.

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