11.21.2006

Acusado

!AMNISTÍA! gritó alguien desde el otro rincón de la habitación, así con mayusculas. Y yo, atónito, me dejé caer por completo en el respaldo de mi asiento. Se escuchó el susurro acostumbrado de un juzgado cuando sucede algo importante, tal como lo había visto mil veces en las representaciones hollywoodenses, con la uníca diferencia de que esto er mas ficticio, mas actuado, mas... no lo se, como ¿personal? era cuestión de saber que el acusado era yo. Siempre yo.
En ese preciso momento, recordé las pocas probabilidades que yo tenía de algún día dar la vida a un ser humano. Recordé mi imposibilidad, casi irremediable, para tener hijos. Entonces pensé que por supuesto si hubiera enido una niña le hubiera puesto el nombhre de Amnistía, y ella hubiera sido muy feliz.
Enemigo. En eso me había convertido hasta entonces, en un inhumano enemigo. Alguien a quien se le puede odiar si sentir culpa alguna. Alguien que une a las masas en su contra. Alguien que no sabe dividir, sino multiplicar y sumar. Multiplicar las ancias. Y sumar gente a las causas "nobles". Un enemigo es algo asi como un catalizador de las relaciones humanas y un paño de resentimientos. El enemigo debe callar la mayoría del tiempo, ante la mayoría de la gente. El enemigo solo respondera a lo que se le cuestione, mas nunca ha de responderse las cuestiones que el mismo se plantee. Al enemigo no se le tiene compasión, en el peor de los casos se puede sentir lastima por el. Nunca habra de poner en tela de juicio el hecho de que el enemigo es el enemigo. En este caso tremendo, el enemigo soy yo. Y cada vez que me vuelvo consciente de eso, mi piel se vuelve, no de gallina sino de rinoceronte, es decir, alcanzo un nivel de sensibilidad que rebasa la nulidad. No es que este indiferente al caso pero creo que alguien me llama...
Y del vacio comienza a regresar esa monotonía que solo puede encerrar un voz como la de un abogado insistente cual troyano, que repite la misma pregunta. ¿Es usted culpable? Yo sigo cayado, como un palo, como un cayado, asi con la y que no es latina, sino mas bien la robamos del greco.
Y por si fuera poco, también eh escuchado culpable, pero como adjetivo no me va bien, siento un poco grande esa palabra. No es mi talla. Y aun así insisten y yo prefiero no decir nada, porque no decir nada significa estar y solo eso. Ni en contra. Ni a favor. ¿Cuantos como yo no han pasado ya por esto? ¿Cuantos como yo que no se toman en serio las cartas que juegan? Culpable no. A mi me parece mas propio señalable. Culpado. Blandengue. Risueño y soñador. Enemigo a fin de cuentas. Y las cuentas ¿quien las hizo? yo no, porque entonces el fin hubiera sido otro.
De enemigos yo no se nada, porque se me pierden muy facil. De enemigos no se nada, como nada se de mi.
La niña que había gritado amnistía fue echada fuera, donde algún día aprenderé a vivir como lo que soy a partir de ahora. Culpable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola soy amnistia.

Anónimo dijo...

pinche dudi estos ultimos me an latido, ami me va como q si la aces 2 3. digo nose tu.
...pero yooo(8)
ni cante. ni q t cayate pinche gata ponte a trabajar como burro. y no como toni q eres