Es un lugar inexistente,
es un tiempo imaginario,
donde solo yo y mi daño vive,
donde no hago daño a nadie,
a nadie quiero hacer daño,
supongo vagamente que a eso debo,
hacer lo que hago,
a creerme insignificante,
incapáz del daño,
no darme la menor impotancia,
como debería de no darseme,
ó gratitud,
caminando por la calle #6,
por favor sé felíz,
allá en los cielos del oeste,
donde aún brilla la luz,
con un brillo estupido,
como una ciudad construida con botellas,
y el amanecer engreido
colandose entre ellas,
desde el colchón de la sala,
del lugar en el que vivo.
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